Presidencia de Don Joaquín Casas Vierna: Engrandecimiento de la Peña (Parte 1)

El año 1955, primero del mandato de Don Joaquín, que durará hasta 1983, ¡nada menos que 28 años! trae a la peña un hecho importante para su vida futura. El día 27 de enero se produce un acontecimiento que dio a la Peña el espaldarazo necesario para ocupar un lugar preeminente dentro de la Fiesta Nacional. Fue el nombramiento de su vicepresidente: Don José Maria Gutiérrez Ballesteros, Conde de Colombí como Presidente de la Federación Nacional de Asociaciones Taurinas. Con este tandem al frente de la Peña y de los aficionados se alcanza, junto al cargo ocupado por el primer presidente D. Edmundo González Acebal de Presidente de la Federación local de las Asociaciones Taurinas de Madrid, al poco tiempo de su fundación, la Peña alcanza el liderato de la afición taurina nacional.

Propone Don Joaquín un lema para la Peña: «Que no se pierda el toro, que toreros los habrá mientras exista un español». La propuesta se aprueba por unanimidad.

Durante este año y el siguiente prepara Don Joaquín la ya necesaria salida de la Peña al foro taurino, dada la posición alcanzada entre la afición, que consistirá en la edición de numerosos libros, en este año de 1955 se inicia con «Los Detractores» de D. Adolfo Bollain, que detallamos en otro lugar de esta pagina, así como en la organización de un ciclo anual de conferencias.

Así, en el año 1958 se produce el primer ciclo de conferencias, con la asistencia de Juan Belmonte.

En el año 1959 se produce el 2º ciclo de conferencias y lo que fue un auténtico acontecimiento: la celebración del 5 al 20 de febrero de una exposición de recuerdos de José y Juan. A la inauguración, el día cinco, asistió Juan Belmonte.

Así mismo se publica el libro «Bombita y Machaquíto» escrito por el primer presidente de la Peña Don Edmundo González Acebal, de Ediciones Los de José y Juan.

Se publica el libro «Joselíto y Belmonte (la edad de oro del toreo)» escrito por Edmundo González Acebal, con un prólogo de Luis Fernández salcedo y epílogo de Adolfo Bollaín en Ediciones Los de José y Juan.

Se produce el cambio de domicilio social de la Peña al Círculo de la Unión Mercantil en Gran Vía, 24.

En 1962, las conferencias ya se celebran en la nueva sede de la Peña, con el siguiente elenco:

En este año se produce un acontecimiento trascendental para la Peña, el ocho de abril fallece Juan Belmonte. Se produce una gran consternación entre los peñistas y se realiza una velada necrológica:

En los años 1963, 1964, 1965 y 1966 se dan las ya habituales conferencias y en el año 1966 se inaugura, además, un pequeño museo de la Peña en su sede social del Circulo de la Unión Mercantil y se hace por la práctica totalidad de los miembros de la Peña una visita a Sevilla para rendir tributo a los dos Presidentes de Honor perpetuos.

En 1969, en la Asamblea General de peñistas del 3 de noviembre, se toma un acuerdo a propuesta del Presidente y en contra de la opinión de un grupo de consocios que, en principio, resulto traumático para la Peña, pero que a largo plazo supuso su supervivencia: la admisión de peñistas que no hubiesen visto torear a José ni a Juan, o sea dar paso a gente más joven dado que, por imperativos de edad, los que cumplían esa condición eran ya muy pocos. En palabras de Don Joaquín en una conferencia impartida en la Peña: «a principio del año 1970, fui el iniciador y más esforzado paladín del ingreso de la juventud en nuestra Peña, que nos costó la baja de ella de algunos antiguos consocios que no transigían con esa incorporación».

Un clásico en momentos de cambio

Por Andrés de Miguel, Presidente de la Peña Taurina “Los de José y Juan”.

Portada de Club Cocherito de Bilbao, Ed. agosto de 2019

Una feria necesita definir un toro con un trapío propio y, a ser posible, singular y acompañarla con una lista de toreros de carácter predecible. Bilbao cumple con ello y es, por lo tanto, un clásico.

La Comisión Taurina de la Junta Administrativa que dirige Javier Aresti, socio de “Los de José y Juan”, en este año de prórroga de su gestión y a la espera de un nuevo Pliego de condiciones que defina la organización futura, ha tirado de ese filón clásico que la define.

Paradójicamente la novedad parece Enrique Ponce, que fuera de los carteles de la temporada debido a su lesión de rodilla, reaparece para dos corridas en la plaza donde tan bien recibido se siente, que sería “el patio de su casa” según la expresión taurina clásica que le decían a Joselito El Gallo por la Monumental de Sevilla. Roca Rey que maneja la escoba silenciosa con la que amenaza a las acomodadas figuras con renovar el escalafón y Diego Urdiales, que juega en casa, en la plaza donde ha firmado tantas buenas faenas, son el reclamo de la feria, en la que la mezcla de ganaderías interesantes y comerciales o de figuras, y la presencia de los toreros más destacados esta temporada, siguen unas normas de respeto a la costumbre e interés sin estridencias, que definen lo que es propiamente un clásico.

Las ganaderías no se salen, por tanto, del guion. Las más cotizadas de las ganaderías Domecq para las figuras, Victorino y Miura con toreros especializados en la serie B para abrir y cerrar la feria, y Torrestrella y Fuente Ymbro en tierra de nadie, tanto de fechas como de toreros.

La cuestión es si es suficiente con mantener la tradición, en una temporada de renovación, como se ha visto en la taurina primavera que ha recorrido Sevilla y Madrid, o el peso de ser un clásico te aparta de los cambios, por otra parte tan necesarios, en el repetitivo mundo taurino.

Artículo en revista sobre la Peña Taurina «Los de José y Juan», por Andrés de Miguel, Presidente de la Peña.

La feria de Bilbao se acerca cuidadosamente a los cambios manteniendo sus conceptos, de ganaderías de primer nivel y toreros contrastados, dando tímida entrada a los valores emergentes. En la agitada coctelera actual de bombos necesarios y relevos imprescindibles, que abren a una nueva diversidad los carteles y sacuden la zona de confort de las figuras, Bilbao ha optado por mantenerse fiel a su tradición. Falta por saber si cuando los cambios están en marcha, es preferible adelantarse y sumarse a ellos, con el riesgo que conlleva, o esperar a que los nuevos tiempos te hagan los cambios y te puedas quedar atrás.

El futuro ya está aquí

Por Andrés de Miguel.

Un artículo escrito para la revista La Divisa del Club Taurino of London.

El CLUB TAURINO OF LONDON ha iniciado una nueva época de publicación de su veterana revista LA DIVISA, la publicación taurina de mayor difusión en inglés, y me ha invitado a participar en ella, lo que he hecho con sumo gusto, debido a mi larga y entrañable relación de más de 30 años con miembros del club, desde mi primer encuentro con Brian Harding en el Curso de Tauromaquia de la Universidad Complutense de Madrid en 1988. Publico a continuación el artículo en español y las fotos de la portada y del artículo publicado en inglés en la revista.

EL FUTURO YA ESTÁ AQUÍ

Yo vi,
sí vi,
a la gente joven andar
oh sí,
yo vi,
con tal aire de seguridad
que yo,
sí yo,
en un momento comprendí
que el futuro ya está aquí.

Canción de Radio Futura

Portada del Nº 249, con el que inaugura una nueva época, de la revista LA DIVISA del CLUB TAURINO OF LONDON
Fotografía de Andrew Moore

Una visión tranquilizadora del mundo indica que la vida transcurre linealmente, que unos hechos son consecuencia de los anteriores y que el saber se va acumulando lentamente, produciendo cada vez mayores y mejores condiciones para el futuro.
La realidad sabemos que no es así, que la vida avanza a saltos y que nos resulta difícil prever el futuro, por mucho que conozcamos el presente.En el mundo de los toros, que es el que nos interesa aquí, la acumulación de conocimientos técnicos y expresivos lleva claramente estancada hace algunos años. Los mismos toreros realizan las mismas faenas desde hace muchos, demasiados años, sin que se aprecien novedades relevantes.

No estamos hablando sólo de las llamadas figuras, la trilogía Juli, Morante, Manzanares, con el patriarca Ponce y los añadidos de Perera y Castella, con la sombra del lejano José Tomás. También en el trono de los mediáticos liderados por El Fandi al que la incorporación de Padilla, tan respetable por muchos conceptos, no mejoraba su percepción. Incluso los destinados a las corridas duras se movían en un circuito donde la emoción la ponían más los toros que las faenas. Y los nuevos valores aportaban más la novedad que la diferencia. El intento de Fandiño de mover el tiesto, acabó con su ostracismo y su trágica muerte, y las maneras desgarradas de Ureña están en un compás de espera tras su desdichado accidente.

El artículo publicado en inglés con traducción de Joe Ortiz
y fotografías de Andrew Moore, socios del club.

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La temporada 2019, sin que podamos explicar el motivo, se ha desplegado como un brillante abanico de novedades sorprendentes, formas arrebatadoras, modos personalísimos, y de repente todo lo viejo parece destinado al baúl de los recuerdos y ni siquiera la anual reaparición de José Tomás, esta vez en Granada, tradicional bálsamo para la descorazonada afición, ha concitado tanto interés como el día a día de las ferias de Sevilla y Madrid, encadenadas sin solución de continuidad en una brillante primavera de cincuenta corridas consecutivas.

El relevo, el esperado relevo se ha materializado en un brillante Roca Rey, capaz de atraer a la taquilla a numeroso público desconfiado del rutinario día a día. Su rutilante figura está consiguiendo arrinconar a las figuras donde más les duele: en su cotización. Consciente de ser quien llena las plazas, pide más dinero que el que más y si la tarta no crece, lo que se lleva uno, lo pierde otro.

Los aficionados vamos, en gran parte a las corridas de toros en busca de la aparición fugaz de la belleza, y allí dio un aldabonazo en la feria de otoño madrileña, la gran faena de Diego Urdiales, un torero movido por la fe en su capacidad, que tras años de peregrinación por ruedos y despachos dejó escrita en Las Ventas una leyenda de sentimiento. Una faena de otoño que lejos de olvidarse en la nueva temporada le ha abierto la puerta de las ferias, largos años cerradas para él.

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Pero sin duda la gran revelación ha sido Pablo Aguado, un torero al que se seguía con cautela esperanzadora, a la vez que temerosa, en búsqueda de su revelación, hasta que la gracia se posó en él. Cafetero de Jandilla trajo en sus cuernos al ángel, que convierte el brutal enfrentamiento entre un hombre y un animal en un prodigio de belleza y plenitud.

Hay más, mucho más. Por primera vez en años brotan las buenas faenas. Por el palo del arte además del empaque clásico de Urdiales y el ángel derrochador de Aguado, apareció en Madrid el domingo de Resurrección, el duende de Juan Ortega, torero irregular y desgarrado que dará que hablar.

Emilio de Justo está intentando el difícil salto desde las corridas duras, encorsetadas en una especie de serie B del toreo, como las viejas películas de bajo presupuesto en blanco y negro de los años 50 y 60, a los carteles de ferias a base de un conocimiento, entrega y buenas maneras, curtidas durante años en el ostracismo de los toreros perdidos, pero no olvidados, y tantas veces rescatados, por la gestión de aficionados en las plazas toristas francesas.

Octavio Chacón parece sentirse a gusto en esas corridas interesantes para los aficionados, que lo son por la entrega sin cuento de los toreros, tras una larga travesía por las plazas perdidas del Perú y su rescate en las corridas de mucha leña y poca paga.

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Viejos toreros renovados como Ferrera que llenó de torería la tarde de Zalduendo, Ureña que demostró con su faena a Empanado de Victoriano del Río que está dispuesto a escalar a la cima pasando por encima de su pérdida del ojo, un valiente como Román con gran proyección popular, un exquisito como Curro Díaz, junto a una nómina de más de una veintena de toreros que se anuncian en las ferias abren las puertas a la esperanza del relevo, que se materializa en tres aspectos fundamentales.

  • Revalorización de las corridas interesantes y de los toreros que se enfrentan a ellas. La trilogía de albaserradas de Madrid marcó la importancia de la casta como el futuro del interés del toreo.
  • Mayores dosis de bravura con codicia, lo que han venido a llamar con carbón, en algunos toros de divisas tradicionales de las preferidas por las figuras, que les compromete en las ferias importantes.
  • Aparición de toreros que llevan a las plazas el interés renovado del público, sea por su valor y decisión o por estar en la veta buena del arte de torear, del lado del empaque, de la gracia o del duende.

Todo ello hace que la ecuación imposible de solucionar del aficionado a los toros, que disfruta con el toro duro, el torero frágil y el toreo puro, esté más cerca de proporcionar grandes tardes y memorables momentos de emoción e interés, que llevaban largo tiempo olvidados en manos de la rutinaria repetición de las ajadas figuras.

Alegrémonos porque el futuro ya llegó, el futuro ya está aquí.

Andrés de Miguel es sociólogo, crítico taurino y presidente de la peña “Los de José y Juan”.

Gonzalo Santonja recibe el Premio Periodístico Taurino Manuel Ramírez

Foto: ABC

El catedrático de Filología de la Universidad Complutense de Madrid y socio de la Peña Taurina Los de José y Juan, Gonzalo Santonja, recibió este martes el XII Premio Periodístico Taurino Manuel Ramírez, que otorga ABC de Sevilla y la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Santonja recibió el galardón, una obra del pintor Manuel Salinas, de manos de la presidenta editora de ABC, Catalina Luca de Tena, y del teniente de hermano mayor de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, Santiago de León y Domecq.

También intervino en el acto, que contó con la asistencia de numerosas personalidades de la tauromaquia, la empresa, la cultura y la política, el director de ABC de Sevilla, Álvaro Ybarra. Además, por primera vez en la historia de estos premios, la entrega del premio se realizó en el salón de carteles de la Real Maestranza.

Santonja se hizo acreedor de este galardón por una Tercera publicada en ABC el pasado 12 de junio de 2018 y que tituló «¿Cuándo hablamos de lo nuestro?». Con este gráfico encabezamiento el autor instaba al Gobierno de Pedro Sánchez, entonces recién nombrado tras la moción de censura, a hablar de los toros, en el convencimiento de que la tauromaquia no es una consecuencia de lacultura española, sino «un elemento constitutivo de ella».

En su discurso, en el que Gonzalo Santonja deslizó citas al poeta Pedro Garfias o al torero Manolete, defendió precisamente esta idea del toreo como «rasgo constitutivo de nuestra realidad histórica, porque tenemos la certeza de una Hispania taurina antes de que Fernando III, uniendo las coronas de Castilla y León en 1230, levantara los cimientos de España».

También recordó este catedrático, premiado con el Ortega y Gasset (1990) y el Nacional de Ensayo (1995), su condición de salmantino, de español y, «por español, taurino» y, debido a esa condición, añadió, «tengo el sueño de Andalucía», «la tierra y las gentes que hicieron y siguen haciendo inmenso el arte de los temblores del toreo».

Por ello, recordó algunas tardes de toros vividas en la Real Maestranza, donde disfrutó de los «momentos eternos» de una faena de El Viti, la «gloria» de El Niño de la Capea o una «ovación inacabable» a Julio Robles que «tengo grabada en el alma».

Finalmente, Gonzalo Santonja tuvo cariñosas palabras para todos los miembros del jurado que ha distinguido su artículo, así como para la presidenta editora de ABC «titular de una saga siempre a la cumbre del periodismo», para concluir con un «¡Viva España!».

Catalina Luca de Tena inició su intervención recordando a Manuel Ramírez, que da nombre a un premio para «honrar la memoria de unilustre periodista que dejó en nuestras páginas un sinfín de testimonios de su talento y de su amor a Sevilla».

«Secular compromiso»

Sobre el artículo premiado, la presidenta editora consideró que es «extraordinariamente oportuno» por su defensa de la Fiesta en unos momentos en que «la tauromaquia recibe tantos ataques, nacidos delsectarismo y de la ignorancia».

La presidenta editora de ABC destacó, además, el «lugar privilegiado» en el que se entregaba por primera vez el Manuel Ramírez, motivo por el quiso agradecer la «hospitalidad» de esta institución y su «secular compromiso con la Fiesta de los toros».

A esta alianza entre ABC y la Real Maestranza de Caballería de Sevilla se refirió también Álvaro Ybarra, quien señaló que esta unión «asegura que se seguirá defendiendo y promoviendo el arte taurino y que este premio discurrirá por los terrenos de la excelencia, de lacalidad literaria y del compromiso con la Fiesta Nacional, tal y como le hubiera gustado a Manolo».

Santiago León y Domecq destacó sobre el artículo, que fue premiado por unanimidad del jurado, «la importancia del texto que presentó y que ha sido catalogado como “de antología”».

El jurado de esta edición estuvo formado por el catedrático y crítico taurino de ABC, Andrés Amorós; el torero Miguel Báez «Litri»; la profesora de Historia del Arte y presidenta de la Fundación de Estudios Taurinos, Fátima Halcón;Álvaro Ybarra y Santiago de León y Domecq, que actuó como presidente.

Anteriormente, recibieron este galardón Andrés CalamaroMario Vargas LlosaAntonio Burgos, Aquilino Duque,Antonio García Barbeito, Luis Nieto, Francis Wolff, Tristam Garel-Jones, Luis Carlos Peris, Esperanza Aguirre y, a título póstumo, el periodista de ABC de Sevilla Fernando Carrasco.

Gonzalo Santonja Gómez-Agero es catedrático de Literatura Española en la Universidad Complutense (2004), director de la Fundación Instituto Castellano y Leonés de la Lengua. Pertenece a Academia Norteamericana de la lengua Española (ANLE) y Academia Argentina de Letras, es Hijo Predilecto de Béjar (Salamanca), Honorary Fellow in Writing por la Universidad de Iowa (USA), Profesor Honorario de la Universidad Ricardo Palma (Lima, Perú), dirige desde 2010 el Foro Internacional de Filología de la Feria del Libro de Guadalajara (México) y, entre otras distinciones, es Premio Nacional de Literatura (Ensayo) y Premio Castilla y León de las Letras.

JOSÉ TOMÁS EN GRANADA

Por Juan Salazar

El Mirador de San Nicolás cobró merecida fama hace años, cuando el entonces presidente estadounidense Bill Clinton, tras visitarlo, afirmó haber contemplado “la puesta de sol más bonita del mundo”, comentario que lo colocó como un punto de obligada parada en Granada.

Desde esta atalaya en el Albaicín, las vistas a la Alhambra, al Generalife, con Sierra Nevada de fondo, son incomparables. La Alcazaba impresiona con sus torres y los palacios nazaríes se muestran austeros, nada que ver con la que fue su rica ornamentación interior; ya se sabe que la filosofía de aquellas dinastías abogaban por un rechazo a la ostentación. El lujo debía ser para el invitado, no para el curioso que lo examinaba desde el exterior.

Ese mediodía descansaba en un restaurante próximo al mirador, imaginando como sería la entrada de nuestra reina, ¡la mejor que ha tenido la cristiandad!, cuando tras el asedio a la plaza pudo acceder a ella, una vez Boabdil “El Chico” la había rendido “llorando como mujer lo que no supo defender como hombre”.

Pocos son los restos que perduran en sus salas de esos años, pero los que quedan, sobrecogen.

En estas reflexiones me encontraba mientras tomaba una cerveza fresquita; en la mesa de al lado, dos caballeros permanecían mudos, también absortos con la vista.

El silencio fue roto por uno de ellos:

  • ¡Vaya barrera de sombra que tenemos!

La expresión no podía ser mas taurina, así que no resistí la tentación de preguntar:

  • Perdonen por la interrupción, pero, ¿están ustedes aquí para asistir al festejo taurino?
  • Efectivamente, así es, venimos de Colombia y estamos para ver al maestro Tomás. El año pasado le vimos en Algeciras y no nos lo queremos perder.

De esta forma iniciamos una conversación que resultó entrañable y en la que Luis Jorge y Carlos Alberto nos detallaron sus primeros recuerdos de aficionados en su Bogotá natal, evocando figuras como Luis Miguel Dominguín, Paco Camino, Curro Romero y, como no, hablando con gran cariño de sus paisanos Pepe Cáceres y el gran Rincón, el diestro tan querido por la afición venteña que logró en aquel lejano 1991 abrir cuatro veces consecutivas la Puerta Grande.

Deliciosa conversación, que fue una de las muchas que tuvimos esos días de disfrute en Granada.

El anuncio de José Tomás en una Feria conlleva una auténtica peregrinación en la que aficionados de todas las partes del globo se dan cita con la esperanza de ver algo grande. Así coincidimos con Jean Pierre y Mari Luz, grandes aficionados de Francia, con taurinos venidos de Méjico, conocimos a familias que se habían desplazado desde Murcia, Alicante, Sevilla, Ceuta…

Ya por la tarde, en los aledaños de la plaza, pudimos saludar al maestro Rincón y agradecerle por tantas tardes de alegría que nos ha dado. Con una sonrisa amplia y sincera nos devolvía el cumplido.

Los alrededores estaban atestados; algunos incautos preguntaban tímidamente:

  • ¿Les sobra una entrada?

¡Tarea complicada! No obstante, cuando hay demanda, aparece la oferta, y unos metros mas allá algunos individuos, mucho más desenvueltos, ofrecían billetes a unos precios que tenían tres ceros. ¿Sería una de esas entradas la que había adquirido una aficionada a la que no le permitían el paso con el argumento de que alguien con su código de barras ya había accedido al recinto?

En el interior del coso coincidimos con varios socios de la Peña, Manuela, Primi, Rafa, Luis, Pedro, Andrés, grandes aficionados que venían con devoción. ¡A ver si embiste algún toro! era el deseo común.

Los dos días anteriores las reses de Nuñez de Tarifa y de la Casa Matilla habían ofrecido un juego muy pobre y deslucido.

Acomodados en el limitado espacio al que nos daba derecho nuestras localidades comprobamos el gran interés que existía por localizar a personajes famosos:

  • Mira, mira, ese el presidente de Endesa, ¿no?
  • ¿Y ese no es Abelló?
  • Mira allí está Román, el torero.
  • ¿Has visto a Calamaro?, seguro que tiene que estar.
  • ¡Carmen, Carmen!- gritaba con desesperación nuestra vecina, empeñada en hacerle una foto a la vicepresidenta.
  • ¿El rey emérito donde está?- era una pregunta común que se escuchaba por los tendidos.

El cartel anunciaba una corrida mixta, dos toros de rejones para Sergio Galán y cuatro para el diestro de Galapagar.

  • ¡Que suerte, cuatro toros para Tomás, alguno tendrá que embestir!- era el comentario generalizado.

Las ganaderías acarteladas habían sido muy escogidas por el diestro y su entorno: Nuñez del Cuvillo, Garcigrande y El Pilar.

La tarde estaba preparada para que sucediera algo grande y así aconteció, incumpliendo aquello de “tarde de expectación, tarde de decepción”.

José Tomás en su primer, segundo y cuarto toro dio una verdadera lección de naturalidad y dominio, con los pies asentados en el albero, mandó, mandó y mandó a los toros con maestría, hasta dándoles indicaciones de donde debían doblar y caer. Pero no sólo mandó en los toros, también, y esto es lo más difícil, lo hizo consigo mismo, imponiendo su voluntad al espíritu de conservación, de modo que a pesar de alguna de las coladas de los bureles, sin enmendarse ni mover un ápice las zapatillas, fue capaz de reconducir las embestidas y evitar las cogidas que los espectadores vimos inminentes.

Hubo lances de todo tipo, pases muy ceñidos rozando los pitones la taleguilla, vimos un conocimiento de los terrenos y las distancias muy apreciable.

Y percibimos emoción, mucha emoción que llevó a un espectador a gritar ¡qué lástima por los que están en el Paraíso!

El toreo es razón, pero también es emoción. José Luis Suarez Güanes escribió un extraordinario libro “Madrid Cátedra del Toreo”, y en la Cátedra uno va a examinarse; el tribunal, perdón, los espectadores, evalúan y juzgan la pureza de la faena. Por eso la afición de Madrid es exigente. Pero fuera de Las Ventas la Fiesta se impone. Algunos amigos, a la finalización del festejo, me enviaron sus mensajes al móvil preguntando por la faena y por las primeras imágenes que circulaban ya por las redes:

  • Pero… hubo enganchones, en alguna de las series el toreo fue hacia las afueras, despidiendo el toro, las estocadas cayeron bajas y traseras…

Pues sí, también hubo de todo eso, pero en la plaza la emoción se impuso a la razón. Como dice el adagio: “hay razones que la razón no entiende”.

Algo de eso nos sucedió, al menos a mí.

  • ¡No veáis los videos!-, insistía con razón uno de los buenos amigos con los que me crucé.
  • ¡En los videos no sale la magia, la emoción!

Como detalle, mi amigo Carlos Alberto, al que encontré a la salida, me comentaba que a pesar del calor que hizo en la tarde, mucho más que el día anterior, él no percibió esos rigores climatológicos. Estaba transportado.

Para describir de forma general lo que sucedió, tomo prestadas las palabras de Pedro Chicharro, socio de la Peña con el carnet número 1, que compartió al día siguiente en el “chat”:

Las cuatro faenas duraron menos de cinco minutos. Cada tanda de derechazos y naturales se componía de ocho o nueve antes del remate, de pecho o trincheras o de la firma. Siempre cruzado, siempre dando el pecho al toro, siempre la suerte cargada, siempre naturalidad, ni una carrerita, ni un paso de más. Siempre dejar el toro puesto perfecto al caballo. Quites variados en los cuatro toros. Tapatías primorosas con las manos muy bajas, navarras, tafalleras, afarolados. Una lección de tauromaquia cada momento. No se puede torear mejor. Es otra cosa.

El maestro Tomás se prodiga poco, muy poco, con razón algún espectador le ofreció pagar el sobrero por seguir viéndole torear. Son escasísimas las tardes en las que se puede tener la oportunidad de verle; eso no lo han hecho nunca las figuras, es muy cierto. Personalmente considero que JT pasó de ser figura, lo fue en su momento, a mito, y a los mitos se les consiente todo.

Soy muy consciente de haber visto torear mejor, más puro, con más verdad e incluso más pellizco, pero son pocas las tardes que he sentido tanta emoción en una plaza, y eso quedará marcado en mi cabeza y en mi corazón.

El desplazamiento a Granada había merecido la pena, además por las visitas que pudimos hacer en los trayectos de ida y vuelta, rindiendo un merecido homenaje a Ignacio Sánchez Mejías en el Parador de Manzanares, lugar en el que pasó la noche antes de su cogida mortal y visitando el Hospital de los Marqueses de Linares, centro en el que expiró el cuarto Califa. Dichas visitas justificaban el viaje, pero extasiarse por la mañana con La Alhambra y por la tarde con José Tomás no se puede comparar a nada.

Juan Salazar es socio de la Peña Taurina Los de José y Juan. Madrileño, licenciado en Farmacia y MBA por el Instituto de Empresa. Abonado a la Plaza de Las Ventas, es miembro de la Unión de Bibliófilos Taurinos, colaborador en la sección taurina de Radio Ya y autor del libro de recuerdos taurinos “Remembranzas Imaginarias; Madrid Museo Taurino Abierto”

PREMIO LUIS FERNÁNDEZ SALCEDO A LA GANADERÍA MÁS ENCASTADA DE SAN ISIDRO 2019

El toro Combativo-15 entrando al caballo. | Foto Andrew Moore

La Peña Taurina “Los de José y Juan” acordó el pasado martes 18 de junio otorgar el XVII premio Luis Fernández Salcedo a “la corrida más encastada lidiada completa en San Isidro 2019” a la ganadería de D. José Escolar Gil, lidiada el martes 28 de mayo por Fernando Robleño, Gómez del Pilar y Ángel Sánchez.

La casta es la característica distintiva del toro de lidia, que le separa de la docilidad y puede ir acompañada de la fiereza, la bravura y la nobleza.

La corrida de José Escolar tuvo casta acompañada de fiereza, aunque los toros no estuvieron exentos de nobleza y bravura. Más complicados los dos primeros, el cuarto fue noble y los otros tres mostraron las dificultades de la casta, que pusieron en valor los matadores que los torearon con conocimiento, exposición y valor.

Ángel Sánchez en una tanda de naturales. | Foto: Andrew Moore

Las cuadrillas hicieron un gran trabajo. Iván García ganador del trofeo de Plaza 1 a la mejor brega, en la cuadrilla de Ángel Sánchez, lidió el tercero de nombre Combativo-15 y en la misma cuadrilla Fernando Sánchez ganador del trofeo al mejor par de banderillas pareó a Combativo-15 y Vistoso-69. Juan Sabariegos ha sido nombrado por el blog La suerte de varas como autor de uno de los tres mejores tercios de varas de la feria a Vistoso-69.

Fernando Sánchez recibió el premio al mejor par de banderillas. | Foto: Andrew Moore

La corrida de José Escolar estuvo inserta en el ciclo que celebraba el centenario de la antigüedad del hierro de Albaserrada, con corridas de las tres ganaderías de ese encaste, de gran interés.

Finalista en la votación de la Peña Taurina “Los de José y Juan” ha sido la corrida de Santiago Domecq y fueron eliminadas en las anteriores votaciones la corrida de Adolfo Martín y la de Valdellán.

El trofeo se entregará al ganadero al finalizar la temporada.