CENTENARIO GALLITO

Artículo publicado por Andrés de Miguel en su blog «Adiós Madrid».

El jueves 28 se presentó la Agenda Taurina 2020 en la Real Casa de Correos, sede de la Presidencia del Gobierno de la Comunidad de Madrid, con la presencia de la Presidenta de la Comunidad y la Consejera de Presidencia entre otras autoridades.

Esta edición está dedicada al Rey emérito de España, Juan Carlos I y a José Gómez Ortega, “Gallito” en los carteles y Joselito en la prensa y la vida de su época, el “rey de los toreros”, en conmemoración del centenario de su muerte en Talavera de la Reina. También está dedicada a Olivenza, San Clemente y a numerosos protagonistas de la fiesta.

Andrés Amorós, glosó la figura de Joselito, a quien se le dedican cinco artículos en la Agenda y yo hice la presentación de la iniciativa del CENTENARIO GALLITO, con la que se pretende conmemorar al torero, organizador, reformador e impulsor de la tauromaquia del siglo XX que la ha permitido llegar a nuestros días.

RAZONES DE UNA CONMEMORACIÓN ¡VIVA GALLITO! 

Cien años hace de la muerte de Joselito en Talavera de la Reina, en los cuernos del toro Bailaor. Es conveniente y necesario recordarlo, pero al plantearnos la conmemoración, la primera pregunta que se nos ocurre indaga en los motivos. ¿Por qué conmemorar el centenario de esa muerte tan lejana, de un torero tan distinto a los que conocemos, protagonista de una fiesta que ha cambiado tanto, hasta ser prácticamente irreconocible en las películas de la época, con respecto a los modelos actuales? ¿No hay motivos y momentos más felices para recordar?

Lo celebramos, lo recordamos, precisamente porque no es tan distinto a lo que ahora vemos. Si somos capaces de rascar sobre la superficie de las viejas películas en blanco y negro, de velocidades increíbles y con suertes de escaso reposo, veremos el toreo actual en todo su esplendor, despojado de la calma actual y marcado por una viveza de reacciones que en estos momentos es sorprendente y necesaria.

La vida, la trayectoria taurina, el significado histórico está analizado en esta agenda por grandes y competentes aficionados, y yo me voy a referir a la importancia de su figura para el toreo de hoy. Joselito significa la innovación, la ilusión, el clasicismo, la difusión de la tauromaquia en la sociedad y también la entrega a su profesión, la superación de su arte, la organización del espectáculo y todo ello sin eludir el riesgo que fatalmente se haría realidad en la plaza de Talavera de la Reina.

Vivimos momentos de cambio en la sociedad. Nuevas formas de vivir, de entender las relaciones sociales y personales, nuevos desafíos y nuevas diversiones. La tauromaquia se ha reinventado en numerosas ocasiones y no otra es la necesidad actual, y allí es donde el ejemplo de Joselito es pertinente. La innovación es necesaria en todas las actividades y más aún en una actividad en la que el espectáculo es un componente esencial. La innovación que plantea Joselito en su vida taurina es completar y definir el corpus clásico del toreo. Todo clasicismo tiene su barroco y ese barroco tiene el germen de su rococó y allí estamos ahora. Innovar es plantear el clasicismo en la situación actual, no es volver a los saltos y quiebros, ni quedarse en la previsibilidad de la nobleza estéril, del toro seleccionado para evitar la agresividad.

Repetimos hasta la saciedad que la sociedad tiene nuevas formas de relacionarse y divertirse, numerosas opciones de ocio, pero a veces olvidamos que muchas de esas opciones se han tenido que reinventar sobre sus antiguos espectáculos y no está de más recordar la evolución de la inserción social del fútbol o los cambios en los hábitos de ver cine. Otros son nuevos debidos a la irrupción de la tecnología digital y han tenido que sobrevivir entre una numerosa competencia. Joselito  entendió los cambios de su época y propició los nuevos recintos donde acudir a ver las corridas de toros, además de entroncar con los gustos de la época en la nueva selección de la bravura.

La corrida de toros es una mezcla, confusa si se quiere, de espectáculo y por tanto negocio, rito pagano y por consiguiente expuesto a la denuncia de herejías, y cultura y por ello sometido a los vaivenes del gusto. El núcleo fundamental por lo que ha sido denostado a veces y ensalzado la mayoría del tiempo es por su capacidad de forjar la imagen del héroe. En un vaivén clásico socialmente, se ha pasado, en unos pocos años, de ensalzar al torero como héroe que crea su arte en un espectáculo en el que no está ausente el riesgo físico del protagonista, a estigmatizar a la corrida de toros y sus seguidores.

Precisamente Joselito, “Gallito” si se quiere, es ese ejemplo acabado que unificó en su figura la representación de los distintos vectores que inciden y conforman la corrida de toros. Entendió el espectáculo que necesita crear repetidamente un acontecimiento a hora fija, para lo que influyó en la selección del ganado, amplió la base social de los espectadores con la creación de las plazas monumentales, apoyó la difusión de las corridas de toros con los nuevos medios visuales, apoyando decididamente la grabación cinematográfica de las mismas. En definitiva difundió de una manera adecuada a la sociedad de su tiempo un espectáculo abierto a las mayorías sociales.

Esta difusión estaba basada en el respeto del riesgo que da fuerza a la imagen del héroe. La gloria que acompaña al héroe está basada en la asunción del riesgo. El riesgo no se tiene que materializar necesariamente, pero tanto hace un siglo, cuando recordemos no existían los antibióticos, ni la medicina tenía el actual conocimiento y cualquier herida podía ser mortal con la aparición de la infección, como actualmente, cuando hemos tenido ejemplos recientes en los que el peligro del toro se ha materializado llevándose por delante la vida del torero, la importancia determinante del papel del torero es representar al héroe que arriesga su vida de manera gratuita para crear una emoción estética para los aficionados y un espectáculo para los asistentes ocasionales.

Al mismo tiempo que actualmente se detecta un aumento de la edad media de los asistentes a las corridas de toros, se está produciendo una incorporación de jóvenes de las generaciones actuales que pueden significar un relevo para la envejecida afición y que resultan atraídos por un espectáculo que a primera vista es arcaico y, por tanto, sincero, y que resulta ser radicalmente moderno, en tanto que el artista creador se compromete con su arte hasta el punto de arriesgar su vida en su creación.

Este es, sin duda, el motivo por el que debemos conmemorar el centenario de la muerte de José Gómez Ortega “Gallito” en la plaza de Talavera de la Reina, porque fue capaz de elevar el arte de torear a la cumbre del clasicismo, como base para la renovación, consolidación y difusión de las corridas de toros. Todo ello con el completo compromiso personal con su arte, que le condujo, de manera sorprendente para sus seguidores, a su propia muerte en el ruedo.

No hay mejor epitafio que el que le dedicó Gregorio Corrochano, el gran cronista de la edad de toro de la tauromaquia: “¿Qué es torear? Yo no lo sé. Creí que lo sabía Joselito y vi cómo le mató un toro”, para definir el compromiso de un espectáculo que tiene su hueco en esta sociedad multiforme, en la que, no nos dejemos engañar por las apariencias, hay un lugar preferente para quienes se comprometen con su esfuerzo, en mostrar una de las maneras en la que la cultura hace uso de la fuerza desatada de la naturaleza para crear belleza.

Por eso es pertinente conmemorar el centenario de la muerte de Joselito.

Andrés de Miguel es sociólogo, aparejador y presidente de la peña «Los de José y Juan. Es, a su vez, colaborador en diversos medios taurinos, impulsor de la Tertulia de Jordán y editor del blog de toros ADIÓS MADRID, cuyo nombre viene del libro del mismo título, escrito en colaboración con José Ramón Márquez. Es autor del ensayo «Los aficionados integristas».

PRESIDENCIA DE DON JOAQUÍN CASAS VIERNA: ENGRANDECIMIENTO DE LA PEÑA (PARTE 2)

En 1970 se registra un relevo generacional en la peña. Ingresan diez nuevos socios que cubren las bajas producidas. Algunos de estos socios procedían de la peña Juvenil «Los de Hoy”.

Este mismo año se celebra también el cincuentenario de la muerte de Joselito en Talavera de la Reina. La Peña en pleno asiste a un acto organizado en la Plaza de Toros de dicha localidad toledana por su Ayuntamiento.

En la asamblea del 6 de marzo de 1972 dimite de su cargo, por trasladarse a vivir a su casa de Sevilla, el vicepresidente Don José Maria Gutiérrez Ballesteros, conde de Colombí, al que sustituye Don Manuel Suja Yera.

El año de 1973 es otro año importante para esta peña. Se produce el ingreso de la primera mujer en “Los de José y Juan”. Se trata de Doña Beatriz Serrano Muñoz-Cobo, gran aficionada cordobesa.

La peña, además, cambia su domicilio social al Montepío Comercial e Industrial en la calle Cervantes, 5 y en la Asamblea anual se aprueban unos nuevos estatutos elaborados con intervención del estamento joven y presentados por el Presidente.

En la asamblea anual de 1974 se produce un importante acontecimiento para la peña: se nombra secretario a Don Pedro Chicharro, con lo que se produce la entrada de peñistas jóvenes en la Junta Directiva.

En 1975 se produce el tristísimo fallecimiento del torero de la Peña: Antonio Bienvenida. La peña en pleno acudió a su entierro y a todos los actos que se celebraron en su honor.

En 1976 se celebran las Bodas de Plata de la peña. Para su conmemoración se organizaron los siguientes actos:

Así mismo, para conmemorar esta fecha se decide otorgar unos premios durante la Feria de San Isidro.

El año 1977 registra el fallecimiento del primer presidente de la Peña D. Edmundo González Acebal. Otro año triste para “Los de José y Juan”.

El año del cincuentenario de la Plaza de Toros de Las Ventas se recuerda por la preciosa conferencia de Don Luis Fernández Salcedo desgranando aquella emocionante corrida inaugural.

En 1983, el 12 de mayo, por motivos de edad (noventa años), presenta su dimisión el Presidente Don Joaquín Casas Vierna, aunque continuará como Presidente honorífico hasta su fallecimiento a la edad de 102 años.

Fue D. Joaquín más que un Presidente, un padre para todos los socios, y más para los que entonces éramos jóvenes. Él nos apoyó, nos animó y ejerció de profesor de artes taurinas. Supo ser duro, cuando ello era necesario, para llevar adelante sus ideas. Fue un ejemplo de Presidente que hizo de la peña la obra de su vida, dándole tal vitalidad que la puso al frente de la afición taurina. Su figura será inolvidable para todos nosotros y, por supuesto, para todos los que tuvimos la suerte de conocerle.

En cuanto a su vida profesional, Don Joaquín fue ingeniero funcionario del Instituto Geográfico y Catastral, donde fue el autor de gran parte del Mapa Topográfico Nacional de España, lo que le permitió conocer en profundidad la geografía española.

Sevillano, gran amigo de Joselíto y de Belmonte fue, repito, nuestro padre en tauromaquia y su recuerdo será imborrable para todos los que tuvimos la suerte de conocerlo.

Presidencia de Don Joaquín Casas Vierna: Engrandecimiento de la Peña (Parte 1)

El año 1955, primero del mandato de Don Joaquín, que durará hasta 1983, ¡nada menos que 28 años! trae a la peña un hecho importante para su vida futura. El día 27 de enero se produce un acontecimiento que dio a la Peña el espaldarazo necesario para ocupar un lugar preeminente dentro de la Fiesta Nacional. Fue el nombramiento de su vicepresidente: Don José Maria Gutiérrez Ballesteros, Conde de Colombí como Presidente de la Federación Nacional de Asociaciones Taurinas. Con este tandem al frente de la Peña y de los aficionados se alcanza, junto al cargo ocupado por el primer presidente D. Edmundo González Acebal de Presidente de la Federación local de las Asociaciones Taurinas de Madrid, al poco tiempo de su fundación, la Peña alcanza el liderato de la afición taurina nacional.

Propone Don Joaquín un lema para la Peña: «Que no se pierda el toro, que toreros los habrá mientras exista un español». La propuesta se aprueba por unanimidad.

Durante este año y el siguiente prepara Don Joaquín la ya necesaria salida de la Peña al foro taurino, dada la posición alcanzada entre la afición, que consistirá en la edición de numerosos libros, en este año de 1955 se inicia con «Los Detractores» de D. Adolfo Bollain, que detallamos en otro lugar de esta pagina, así como en la organización de un ciclo anual de conferencias.

Así, en el año 1958 se produce el primer ciclo de conferencias, con la asistencia de Juan Belmonte.

En el año 1959 se produce el 2º ciclo de conferencias y lo que fue un auténtico acontecimiento: la celebración del 5 al 20 de febrero de una exposición de recuerdos de José y Juan. A la inauguración, el día cinco, asistió Juan Belmonte.

Así mismo se publica el libro «Bombita y Machaquíto» escrito por el primer presidente de la Peña Don Edmundo González Acebal, de Ediciones Los de José y Juan.

Se publica el libro «Joselíto y Belmonte (la edad de oro del toreo)» escrito por Edmundo González Acebal, con un prólogo de Luis Fernández salcedo y epílogo de Adolfo Bollaín en Ediciones Los de José y Juan.

Se produce el cambio de domicilio social de la Peña al Círculo de la Unión Mercantil en Gran Vía, 24.

En 1962, las conferencias ya se celebran en la nueva sede de la Peña, con el siguiente elenco:

En este año se produce un acontecimiento trascendental para la Peña, el ocho de abril fallece Juan Belmonte. Se produce una gran consternación entre los peñistas y se realiza una velada necrológica:

En los años 1963, 1964, 1965 y 1966 se dan las ya habituales conferencias y en el año 1966 se inaugura, además, un pequeño museo de la Peña en su sede social del Circulo de la Unión Mercantil y se hace por la práctica totalidad de los miembros de la Peña una visita a Sevilla para rendir tributo a los dos Presidentes de Honor perpetuos.

En 1969, en la Asamblea General de peñistas del 3 de noviembre, se toma un acuerdo a propuesta del Presidente y en contra de la opinión de un grupo de consocios que, en principio, resulto traumático para la Peña, pero que a largo plazo supuso su supervivencia: la admisión de peñistas que no hubiesen visto torear a José ni a Juan, o sea dar paso a gente más joven dado que, por imperativos de edad, los que cumplían esa condición eran ya muy pocos. En palabras de Don Joaquín en una conferencia impartida en la Peña: «a principio del año 1970, fui el iniciador y más esforzado paladín del ingreso de la juventud en nuestra Peña, que nos costó la baja de ella de algunos antiguos consocios que no transigían con esa incorporación».

JOSELITO, EL TORERO TRISTE

AVANCE TAURINO Diario digital de información taurina editado en Valencia, recoge la publicación del libro Joselito, el torero triste. Estudio de su personalidad, escrito por José-Vicente Sinisterra Gago y editado por Ediciones del Azar. Reedición corregida del anterior De grana y oro y de catafalco y azabache. Un estudio de la personalidad de Joselito, de edición no venal de la Peña Taurina “Los de José y Juan”.

Publicamos un extracto de la crítica realizada por Enrique Amat en el diario digital:

Joselito, el torero triste: estudio de su personalidad, de José-Vicente Sinisterra Gago, es otro libro de obligada lectura para todos los aficionados que acaba de aparecer en las librerías.

En él se traza un recorrido, no sólo por la vida de este genial torero, nacido en Sevilla, y por la de su amplia e ilustre familia. Todo ello a través de su trayectoria, no solo  taurina, sino también humana y personal en un volumen de 94 páginas con fotografías en blanco y negro editado por Ediciones del Azar.

A partir de un concienzudo estudio psicológico, el autor plantea un estudio de la personalidad del torero, que incluso, fue apodado el torero triste.

Gallito nació el 8 de mayo de 1895 en Gelves.  Niño prodigio del toreo, hijo de Fernando Gómez El Gallo y hermano de Rafael, considerado por muchos el torero más completo de la historia, protagonizó junto a Juan Belmonte, con el que mantuvo una rivalidad legendaria, la llamada Edad de Oro del toreo durante la década de 1910. Su inesperada y prematura muerte, cuando se encontraba en la cúspide de su carrera, engrandeció su leyenda como gran figura y protagonista de la transición definitiva hacia el toreo moderno.

(…)

Torero poderoso y enciclopédico, con un gran conocimiento de los secretos del toro y de la lidia, su éxito en los ruedos no se vio acompañado del mismo en la vida personal. Falleció el 16 de mayo de 1920 en Talavera de la Reina al ser cogido por el toro Bailaor, de la Viuda de Ortega.

José-Vicente Sinisterra Gago, socio de la Peña Taurina “Los de José y Juan”, es catedrático de Química Orgánica y Farmacéutica de la UCM. Profesor invitado en diversas Universidades extranjeras, ha sido director del Servicio de Biotransformaciones Industriales del Parque Científico de Madrid. Es miembro de la Unión de Bibliófilos Taurinos y de ABASAF.

Ha impartido conferencias sobre cultura, historia y arte de la Tauromaquia en diversas peñas taurinas y centros culturales, y ha publicado los libros De Grana y Oro y de Catafalco y Azabache,  El mundo de Rafael Gómez Ortega  El Gallo y Cagancho El torero de los ojos verdes

El Gallinero Peña taurina valenciana de los “Gallo”

Cartel del Festival del 7 Octubre de 1917 organizado por la Peña El Gallinero. Colección del autor

Artículo escrito por el socio José-Vicente Sinisterra Gago. 

Es conocido de todos que la afición valenciana apoyó y lanzó a Juan Belmonte desde su primera “novillada económica” – sin picadores – celebrada el 29 de mayo de 1912 en Valencia. Con los años, la afición de la capital del Turia se repartiría entre gallistas y belmontistas, como ocurrió en toda España. No obstante, la idiosincrasia de Valencia hizo que la pareja de moda apareciera ya en las fallas de 1914. En ella vemos como Joselito, vestido de “gallo” presiona al empresario de Valencia para lograr una buena contratación mientras Juan Belmonte, con su pose característica, torea caracoles en vez de toros.

Falla C/ Quart y C/Dr. Monserrat. Marzo 1914.

Fernando Gómez Ortega Gallito, toreó en 1904 como novillero – en novilladas económicas – varias tardes en la Plaza de toros de Valencia, con Vito, Dauder, Angelillo, Manuel Mejías Bienvenida etc., con bastante éxito por lo que la plaza lo repitió varias tardes. Esto le creó un buen cartel en Valencia que mantuvo con altibajos en 1905 como novillero. En 1906 Fernando Gómez Ortega Gallito actuó como novillero en Valencia, junto a Crespito y Vito con novillos de Rafael Surga. El 29 de Junio de 1906, Fernando volvió a torear con Dauder, Vito y Angelillo en una tarde que pasaría a los anales de la música taurina[1]

El 18 de Octubre de 1908, Rafael El Gallo [2] y José Gallego Mateo (José Claro) Pepete alternan mano a mano[3] en una corrida de toros a beneficio de la Asociación Valenciana de Caridad, con toros de José Moreno Santamaría (1). Rafael toreó con tanto arte y donosura que enloqueció a los valencianos, con su arte sin par. Este éxito hizo que dos aficionados jóvenes valencianos Luis Martí Alegra y Antonio Romero Hueso (íntimo amigo de Rafael El Gallo), iniciaran los trámites para hacer una peña taurina a favor de Rafael que más tarde también se amplió a Joselito e incluso a Fernando Gómez Ortega y que se llamó Peña taurina El gallinero[4].

La Peña taurina “El Gallinero” tuvo su primer domicilio en la plaza de la Pelota (hoy Mariano Benlliure) en el piso alto de una cervecería denominada “El león de Oro”, desaparecida en 1947 para ceder sus dependencias al Círculo de Bellas Artes. El primer organizador de los trámites para constituir la Peña fue D. Juan Romero, padre de Antonio Romero y amigo de Rafael El Gallo. El primer presidente fue Genaro Palau, profesor de la Escuela de Bellas Artes de San Carlos. Era pintor de paisajes y de carteles taurinos. Dicen que se parecía en el semblante a Antonio Fuentes (al que admiraba) y era amigo personal de José García El Algabeño.

Después la Peña se trasladó a una nueva sede en la calle Alfredo Calderón (hoy Correos). Allí vivió los momentos más importantes de su vida la Peña. El Gallinero en los años 1914-1918 organizaba festivales nocturnos de éxito en los cuales solía participar desinteresadamente Joselito y otros toreros. En ellos, junto a espadas consagrados, se daba cabida a novilleros con y sin caballos[5]. En uno de estos festivales se dio a conocer Antonio Carpio Ríus, natural de Catarotja. El festival (15- Noviembre 1914), era a beneficio de la Asociación Valenciana de Caridad y en él participaron: Boltañes chico, Antonio Carpio Ríus, Miguel Martí Reus Petreño, Francisco Vila Marí Rubio, Daniel Company Costa Mestizo y Manuel Soler Gispert Vaquerito (3). El cartel es del famoso cartelista Genaro Palau Romero, a la sazón presidente del Gallinero. Antonio Carpio Ríus – conocido por El maestro por su profesión -murió trágicamente de una cogida el 27 de Agosto de 1916 en la plaza de toros de Astorga.

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José-Vicente Sinisterra Gago publica el libro “El mundo de Rafael Gómez Ortega El Gallo”. Un recorrido por la vida del genial torero.

El Gallo

José-Vicente Sinisterra Gago, socio de la peña «Los de José y Juan», acaba de publicar el libro “El mundo de Rafael Gómez Ortega El Gallo”. Un recorrido por la vida del genial torero, nacido en Madrid, aunque todo el mundo le considera sevillano, y la de su familia a través a través de sus pasajes taurinos y personales más importantes. “Es una biografía coral de los Gómez García – Gómez Ortega – Ortega Gómez desde 1847 hasta 1960. Afirma su autor:” No pretende ser un libro aburrido ni erudito, aunque tiene una gran revisión bibliográfica. Está escrito para gente joven que se acerca a la tauromaquia.

La obra trata un sinfín de temas: la relación del flamenco y el toreo en la biografía vital del Divino Calvo; la situación social y política en la infancia de Rafael; sus primeros pasos en el toreo, desde becerrista a matador de alternativa; su amarga historia de amor con Pastora Imperio; el crecimiento de su mito como torero de arte imprevisible; su vuelta a los ruedos de España en 1934; sus andanzas en el Madrid sitiado durante la Guerra Civil; su vida tras el conflicto bélico; su relación con Juan Belmonte que actuará como “hermano mayor” tal y como califica al Pasmo de Triana el autor a tenor de la estrecha relación ambos espadas tras la postguerra….Además hay capítulos dedicados al tratamiento que le dio la crítica de la época, al estudio grafológico de su firma y su evolución a lo largo de su vida; al análisis de su psicología y de sus supersticiones; las relación con los dos hermanos José y Fernando, con su hermanas Trini, Gabriela y Lola; con sus sobrino José Ignacio, Rafaelillo y Joselillo. Hay un recopilatorio de anécdotas y dichos que se le atribuyen; de los recuerdos que trajo de América, una análisis sobre su toreo, las opiniones que aportó acerca de otros toreros y sobre el futuro de la Fiesta.

Gallo 2

Especial mención tiene el estudio clínico sobre los problemas renales de Rafael y la revisión de los festivales en los participó después de 1939 como matador, como presidente en el palco o como homenajeado.

Pero el abundante material no acaba ahí: otros aspectos estadísticos como la relación de toros que le devolvieron al corral; de sus famosas “espantás”; de su cogidas graves y de las alternativas y confirmaciones que concedió durante su vida en activo tiene cabida a los largo de las más de doscientas páginas que tiene el volumen, que se completa con las opiniones que de él dijeron multitud de colegas y la relación que mantuvo con intelectuales, artistas y poetas de su época.

A juicio del autor, lo más interesante de la obra es “el estudio de la boda y separación de Rafael y Pastora, con datos inéditos como los datos aportados por el sacristán de la Iglesia San Sebastián de la C/Atocha; el estudio de la evolución de la personalidad en diversas épocas a través de su firma; y el estudio psicológico de su personalidad”. La obra es interesante en sus contenidos aportando información nueva sobre el torero y su familia.

Gallo 3

El mundo de Rafael Gómez Ortega, El Gallo. José-Vicente Sinisterra Gago. Editorial El Azar.

Comentario Publicado en la revista Aplausos. Enero 2018. Director José Luis Belloch.

José-Vicente Sinisterra, socio de la Peña Taurina “Los de José y Juan”, es catedrático de Química Orgánica y Farmacéutica de la UCM. Profesor invitado en diversas Universidades extranjeras, ha publicado 256 trabajos en revistas internacionales sobre sus investigaciones en Biotecnología y Biocatálisis y ha sido director del Servicio de Biotransformaciones Industriales del Parque Científico de Madrid.

Es miembro de la ASABAF de Valencia y de la Asociación de Bibliófilos Taurinos de España.

Ha impartido conferencias sobre cultura, historia y arte de la Tauromaquia en diversas peñas taurinas y centros culturales, y ha publicado los libros:

De Grana y Oro y de Catafalco y Azabache.- Ediciones los de José y Juan, Madrid 2016

El mundo de Rafael Gómez Ortega El Gallo. Editorial El Azar, Madrid 2017.