Lecciones morales de la fiesta

Foto de Andrew Moore | Octavio Chacón triunfa en Las Ventas con Asturdero, (Saltillo).

Hoy publicamos el tercer y último escrito de esta trilogía que nuestro socio Jesús Banegas dedica a «La Fiesta».

Por Jesús Banegas.

La fiesta tiene muy arraigada una función redentora. Después de sufrir penurias de todo tipo, es frecuente que un torero poco conocido o insuficientemente reconocido, gracias a una circunstancial demostración de sus méritos alcance notoriedad y dé un salto en su valoración por los públicos y por tanto los empresarios. Se trata de una justicia innata que siempre ha estado vigente en la fiesta. Todas las temporadas asistimos a fenómenos redentoristas: Diego Urdiales, Octavio Chacón y Pablo Aguado son recientes ejemplos.

Aquí, Las Ventas se lleva la palma.

Si la fiesta se mantiene en vigor es gracias a su larga tradición y la capacidad – a pesar de todo- de toreros, ganaderos y empresarios de adaptarse a los nuevos tiempos. Sólo una muy pequeña parte de cada gremio gana dinero, unos cuantos más se sostienen  con dificultades y el resto lo pasa mal. La teoría económica no puede explicar la vigencia de la fiesta; hacen falta consideraciones sentimentales para entenderla.

Curiosamente y a diferencia de otros ámbitos económicos y culturales la capacidad lobística de la fiesta es paupérrima. Ninguno de sus tres ámbitos –ganaderos, toreros, empresarios- se ha caracterizado nunca por preocuparse seriamente por sus intereses corporativos Es ridículo que los toreros reclamen a los ayuntamientos, diputaciones y comunidades autónomas la subvención de escuelas taurinas, cuando lo serio sería que fueran sufragadas con su propias aportaciones -un pequeñísimo porcentaje de sus ingresos-, que con una adecuada acción de lobby  podrían ser deducibles como gasto en el IRPF.

Es asombroso que no haya una estructura representativa -una federación– de toreros, ganaderos y empresarios taurinos que con un staff profesional adecuado al caso vele, seria y permanentemente, por los intereses del sector.

Finalmente, la fiesta mantiene una genuina vitalidad en cuanto a la conservación y la transmisión de valores morales de tan grande vigencia como necesaria reivindicación en la España de nuestro tiempo.

Todos los toreros -incluyendo los novilleros– sin excepción, ofrecen en la calle una pulcrísima imagen, moderna pero ajena por completo a esas modas ¡postmodernas! –piercing, tatuajes, estilo cantinflesco… – que se han adueñado del futbol y la música pop, por ejemplo. Pero, además de sus impecables aspectos físicos, todos ellos se suelen expresar con claridad, rigor y respeto a lo sucedido en las plazas. Los valores que subyacen en todas las declaraciones de los  toreros están enraizados en el aprendizaje, el respeto a los maestros a los que llaman de usted, el esfuerzo –nada viene dado, hay que esforzarse en conseguirlo, el mérito –obtenido en la cara del toro que pone a cada uno en su sitio –, el trabajo bien hecho –no de cualquier manera sino sujeto a cánones, el reconocimiento de los demás, la mejora constante, el sobreponerse a las dificultades, el  compañerismo –ningún torero habla mal de otro, el sentido de la responsabilidad -la culpa si las cosas no salen bien no es de los demás-, la valentía para enfrentarse a las dificultades -de los toros y hasta del viento-, la fe hasta el final en sus posibilidades –que permite levantar faenas imposible–, la capacidad de superación de todo tipo de dificultades -ante el toro, los empresarios, el público-, el trabajo de entrenamiento incluso cuando vienen mal dadas, el  volver a empezar olvidando las amarguras de  los fracasos, ….

Si echamos una mirada a nuestro alrededor, vemos pocos ejemplos de este tipo de ética antigua y seria, antaño asociada a las más diversas prácticas profesionales. Nuestro toreros nos recuerdan que es posible una educación con valores, y un desarrollo profesional basado en el respeto al maestro, el esfuerzo, la superación de dificultades y la creatividad. Si necesitamos ejemplos de cómo se puede alcanzar el éxito por los caminos derechos y sin atajos, es en esos ámbitos donde los  toreros tienen mucho que enseñar.

Jesus Banegas, socio de la Peña, es doctor en ciencias económicas, ingeniero, empresario, escritor y conferenciante sobre innovación tecnológica. Tras presidir largos años el sector tecnológico y ser vicepresidente de CEOE es actualmente presidente del Foro de la Sociedad Civil. Ha sido escritor esporádico de temas taurinos, sobre todo en la reeditada -en los pasados años 80, junto con Manuel Moles- revista El Ruedo  y empresario taurino –Torifinsa––a finales del pasado siglo. Está en posesión de la Gran Cruz del Mérito Civil.

“LOS DE JOSÉ Y JUAN” EN LOS ACTOS CULTURALES DE SAN ISIDRO.

Los socios de la Peña Taurina “Los de José y Juan” están presentes en distintos actos celebrados durante la feria de San Isidro en la Plaza de toros de Las Ventas.

El viernes 7 de junio, a las 12,30 de la mañana, José Joaquín Moreno Silva, actual propietario de la ganadería de Saltillo y socio de “Los de José y Juan”, presentará el libro SALTILLO II Aniversario y Esperanza, en la Sala Antonio Bienvenida. El libro está escrito por Joel Bartolotti, exdirector de la revista TOROS editada en Nîmes, decana de la prensa taurina, en conmemoración del centenario de la compra del hierro por la familia Moreno. En la presentación participarán Miguel Ángel Moncholi y José Luis Ramón, director de la revista 6TOROS6.

El sábado 8 de junio, a la misma hora, la Unión de Federaciones Taurinas de Aficionados de España (UFTAE) entregará el VI TROFEO NACIONAL a la Promoción y Fomento de la Tauromaquia, 2018 al Excmo. Sr. Juan Manuel Albendea Pabón, ponente desde la Presidencia de la Comisión de Cultura del Congreso de los Diputados, de la Ley que regula la Tauromaquia como Patrimonio Cultural. Juan Manuel Albendea es socio de la Peña Taurina “Los de José y Juan”

Estos actos se unen a la entrega el pasado sábado 2 de junio, del TROFEO PUERTA DE SAN VICENTE, dentro de los XVI Trofeos Puertas de Madrid, 2018, de la Federación Taurina de la Comunidad de Madrid, dedicado a la Trayectoria de instituciones y personas, relacionadas con el mundo taurino de la Comunidad de Madrid a Andrés Amorós Guardiola, también socio de la Peña Taurina “Los de José y Juan”.

Los socios de la Peña Taurina “Los de José y Juan”, participan activamente en la difusión, promoción y defensa de la Tauromaquia.

LECCIONES ECONÓMICAS DE LA FIESTA

Hoy publicamos la segunda parte de esta lúcida trilogía que nuestro socio Jesús Banegas dedica a «La Fiesta».

Por Jesús Banegas.

Los padres escolásticos de la Universidad de Salamanca -pioneros de la ciencia económica- dejaron establecida con una gran vigencia doctrinal la teoría del valor, según la cual el precio de las cosas no depende de los costes de producción, sino de la apreciación subjetiva del mercado, es decir, del público.

Si la fiesta mantiene su vigor es porque el valor subjetivo de la gente por la faena de Manzanares en la corrida de Beneficiencia de 2017 y la reciente en Sevilla de Pablo Aguado es muy alto;  mientras que el que otorgan a las divisas duras y los toreros valientes -no siempre bien dotados- es muy bajo. Como empresario, aprendí -perdiendo dinero- que la gente va a los toros por dos muy poderosas razones: en las fiestas –por tradición– y a las corridas que puedan ofrecer grandes faenas las figuras. Fuera de los días de fiesta y sin contar con los toreros de moda, la gente simplemente no va a los toros. Y sin gente, no hay fiesta.

Un curioso y mayúsculo ejemplo de la teoría económica del valor -de enorme importancia doctrinal para explicar la riqueza de las naciones- que la fiesta puede dar al mundo son los precios relativos de las localidades. Sólo muy recientemente, algunas -poquísimas- salas de espectáculos –futbol, conciertos, teatros–  en el mundo discriminan el precio de las entradas más allá de tres o cuatro categorías, dentro de la cuales todas cuestan lo mismo. En las plazas de toros la variedad es casi tan grande como la apreciación subjetiva del público: sol, sombra, proximidad a los toriles, barreras, palcos, delanteras, filas, etc. En Las Ventas hay casi un centenar de precios distintos para elegir: varias decenas de veces más que en cualquier otro espectáculo.

Sin  embargo, a pesar de la descrita lección de discriminación de precios que la fiesta puede dar a todos los demás espectáculos, conserva una limitación anacrónica en las plazas –casi todas- de propiedad pública: en las ferias las entradas cuestan lo mismo con independencia de los carteles y no se pueden plantear corridas con precios libres. Lo razonable sería que el abono consistiera en un pago fijo asociado al valor de cada localidad, que daría derecho preferente dentro de un plazo a adquirir en cada corrida la/las entradas abonadas. Además los precios deberían abaratarse en las corridas con menos demanda –para incentivarla– y encarecerlos en las de mayores expectativas de los aficionados, en una escala de cuatro niveles; al que cabría añadir, por supuesto, corridas de precios libres. El mero anuncio de estas crearía gran expectación mediática que favorecería la popularidad de la fiesta. ¿Qué tal el regreso de José Tomás a Las Ventas con entradas subastadas por Internet?

Jesús Banegas, socio de la Peña Taurina Los de José y Juan, es doctor en ciencias económicas, ingeniero, empresario, escritor y conferenciante sobre innovación tecnológica. Tras presidir largos años el sector tecnológico y ser vicepresidente de CEOE es actualmente presidente del Foro de la Sociedad Civil. Ha sido escritor esporádico de temas taurinos, sobre todo en la reeditada -en los pasados años 80, junto con Manuel Moles- revista El Ruedo  y empresario taurino –Torifinsa––a finales del pasado siglo. Está en posesión de la Gran Cruz del Mérito Civil.

Roca Rey supera su gran prueba en San Isidro.

Roca Rey en el sexto. Foto: ABC (Paloma Aguilar)

Publicamos esta maravillosa crónica de la corrida de ayer, 30 de mayo de 2019, decimoséptima corrida de feria, escrita por Andrés Amorós, socio de esta peña taurina de Los de José y Juan con quien celebramos también, orgullosos, que la Federación Taurina de la Comunidad de Madrid, en un acto en la plaza de toros de Las Ventas, le entregará este próximo domingo dos de junio el trofeo Puerta de San Vicente destinado a premiar «La trayectoria de instituciones y personas relacionadas con el mundo taurino de la Comunidad de Madrid».

Crónica de Andrés Amorós. 

En la corrida de máxima expectación, Manuel Escribano sufre una grave cornada en el muslo; Román corta un trofeo; Roca Rey lo pierde, por la espada, pero supera con nota el examen. Los toros de Adolfo Martín dan juego variado; muy buenos, los tres últimos.

Además del cartel de «No hay billetes», la reventa por las nubes. La triple razón está clara: Roca Rey es el diestro con más «gancho», en taquilla. Además, su triunfo con el último toro de Parladé fue arrollador, de los que confirman a una primera figura y descartan cualquier duda. Todavía se añade algo y muy importante: por primera vez -si no me equivoco- se anuncia con toros de Adolfo Martín. Ya tuvo mérito que se anunciara en el sorteo de ganaderías, igual que Ponce, entre otros. La fortuna decidió que tenía que matar esos toros: ¿suerte, desgracia? Cada cual opinará. Para mí, está claro: el gesto ya merece aplauso. Creo, además, que Roca Rey está capacitado de sobra para lidiar esos toros. Pero ha de demostrarlo, delante de la afición más exigente. Y eso es lo que nadie quiere perderse.

Cierran el ciclo de Albaserrada los toros de Adolfo: todos, cárdenos; cuarto y sexto, muy abiertos de pitones. De nuevo asiste Don Juan Carlos, acompañado de la Infanta, al que brindan los tres diestros su primer toro.

Como acostumbra, Manuel Escribano va a portagayola y se luce en el par al quiebro, al violín. El toro es pastueño pero soso, paradito, no transmite nada. Mata fácil y se aplaude la voluntad. El cuarto luce dos «perchas» de aúpa: para colgar todo un vestuario, decían los revisteros. Lo recibe con buenos lances. Arriesga mucho en el segundo par, por dentro, y en el tercero, quebrando en tablas, también por dentro. El toro acude galopando a los cambiados iniciales, repite, incansable. Lo aprovecha Escribano con muletazos vibrantes, que levantan ovaciones pero también la división, habitual en estos casos, porque algunos se ponen de parte del toro. Por quedarse muy quieto, al final de la faena, sufre la grave cornada, que le atraviesa el muslo, con fuerte hemorragia. Mata al toro Román a la tercera.

Para subir peldaños, el joven Román ha de arriesgar; debe medir bien que la valentía no invada el terreno de la temeridad. Recibe con buenos lances al segundo, que pronto queda corto, pone en apuros a los banderilleros. Me cuentan, por teléfono, que ha concluido el brindis al Rey con una frase simpática: «Que disfrute de la jubilación». (¿Cuándo conectarán el micrófono de la Plaza para que se entere de los brindis el público, no sólo los que lo ven por televisión?). El toro se cuela por los dos lados; tragando mucho, Román le saca muletazos con mérito hasta que lo voltea. Mata con decisión y saluda. Brinda el acapachado quinto al ministro Ábalos: el mismo que mencionó «la caspa», en relación con la Fiesta, aunque es hijo de torero; esta tarde, acompaña en el burladero a Victorino Martín. En la muleta, el toro da buen juego. Román le va sacando muletazos, un poco embarullados pero ligados, con emoción. Tarda mucho tiempo, cuando va a coger la espada (Si la llevara en la mano, hubiera podido redondear mejor el triunfo). Se vuelca, al matar, y corta un valioso trofeo.

Roca Rey lidia con el capote al tercero, sin sus habituales alardes. El brindis al Rey incluye también a España, el Perú, la Tauromaquia y la juventud. El toro es muy decepcionante: tiene poca raza y recorrido, vuelve rápido. Por la derecha, no hay nada que hacer. Le saca algunos naturales con mérito, aunque surja en los tendidos la división, habitual en esta Plaza, con las primeras figuras. Acierta al no prolongar inútilmente una faena de imposible lucimiento pero no mata bien. Todo queda en tablas. El sexto, de nombre ilustre, «Madroñito» (El Cid indultó uno, en Santander), muy abierto de pitones, humilla mucho. Lidia Andrés con suavidad , sin quites espectaculares. Brinda al público. Dándole distancia, lo engancha en muletazos largos, mandones, «hasta allí lejos». Por la izquierda, el toro queda más corto, pero uno de pecho, que no acaba nunca, pone a la gente de pie. Pincha, antes de la gran estocada, y no le dan la oreja pero ha vuelto a armar el lío, demostrando, una vez más, su gran capacidad. Y lo ha hecho todo dentro del clasicismo, sin una sola de las «inas» a las que otras veces recurre, para calentar al público. Como Gary Cooper en el viejo «western», ha superado «La gran prueba». Tiene otras muchas, por delante.

Postdata. En muy pocos actos taurinos recuerdo tan unánime admiración y afecto como en el homenaje a El Viti. Todo eso y más se lo merece. Hablando de los toreros a los que ha conocido, ha dicho, esta mañana: «De todos he aprendido». Lo mismo que decía Marcial Lalanda, tomándolo de Goya: «Todavía aprendo». En un coloquio, en Alicante, le pregunté si era cierto que se puede amar a un toro como a una mujer. Con laconismo, sentenció: «Más». Como torero y como persona, El Viti encarna la hondura, la profundidad, la autenticidad: lo mejor de Castilla y de España.

Andrés Amorós, socio de la Peña Taurina “Los de José y Juan”, es doctor en Filología Románica y catedrático de Literatura Española en la Universidad Complutense de Madrid.  Ha publicado obras relevantes sobre la tauromaquia y actualmente ejerce la crítica taurina en el diario ABC de Madrid. Entre sus galardones destacan el Premio Nacional de Ensayo, el Premio Nacional de la Crítica Literaria, el Premio Fastenrath de la Real Academia Española y el Premio José María de Cossío.

JOSÉ ESCOLAR, INVITADO DE HONOR DE LA PEÑA TAURINA “LOS DE JOSÉ Y JUAN”

Andrés de Miguel, Presidente de «Los de José y Juan» con José Escolar.

José Escolar, invitado de honor de la «Peña Taurina Los de José y Juan» en San Isidro 2019, en el centenario de la presentación en Madrid del encaste Albaserrada. 

José Escolar, ganadero que mantiene el encaste albaserrada, habitual de la plaza de Madrid y que lidió el pasado martes una corrida a cargo de Fernando Robleño, Gómez del Pilar y Ángel Sánchez, fue el invitado de honor de la Peña Taurina “Los de José y Juan” este San Isidro.

Ganadero que comparte muchos criterios con los aficionados acerca del toro bravo, afirma que a sus toros hay que poderlos para torearlos y que por eso no es una ganadería favorita para las figuras. Formó la ganadería con una punta de 25 vacas y un semental de Victorino Martín, a la que añadió vacas y sementales de santacoloma de las ganaderías de Carmen Espinal y Paco Camino. Durante un tiempo los llevó por separado pero ya los tiene cruzados en la ganadería actual que cuenta con 220 vacas.

Lo de santacoloma le salía pequeño y no podía lidiar en plazas importantes y afirma que fue Joaquín Buendía quien achicó los toros de santacoloma, porque se lo pedían los toreros, en especial Paco Camino.

En contra de las opiniones más extendidas dice que en su ganadería la casta la pone santacoloma y la clase albaserrada, que son los que más humillan.

Además de Madrid ha triunfado en Pamplona donde es fijo desde su presentación en 2015 en la que consiguió el premio al toro más bravo por Costurero, lidiado por Paco Ureña. Recorre las plazas toristas de Francia, en especial Ceret, donde se recuerda la corrida de los seis toros de Robleño en 2012 y el mano a mano de éste con Aguilar en 2017, pero también Vic, Mont de Marsan y Dax entre otras.

Su yerno, el matador de toros El Fundi, colabora en el día a día de la ganadería y participa en todas las tientas, pero la esperanza secreta del ganadero es que su nieto, todavía en su juventud, sea su continuador al frente del hierro.

La comida con José Escolar el martes 21 de mayo fue otra actividad de la Peña, que también había estado en una tienta en la ganadería de Los Eulogios el domingo 19, donde el matador de toros Morenito de Aranda tentó una vaca y un eral adelantado, que fue probado para semental y en la que bajó al ruedo como si de un tapia se tratara un antiguo presidente de la Peña. En esta tienta se entregaron los premios anuales del Concurso Infantil de pintura y redacción taurina que promueve la Peña como manera de transmitir la afición entre las jóvenes generaciones de familiares y amigos de los socios.

Ramón Ramiro, antiguo Presidente de «Los de José y Juan», toreando el pasado 19 de mayo una becerra en la finca El Pecado Mortal.