Aprendizaje

El aprendizaje de Gallito fué fácil, cómodo y mimado por muchos poderosos del toro, especialmente por los más conspicuos ganaderos de Andalucía. Pesaba mucho el recuerdo y buenhomía del señor Fernando, la gracia de Guerrita, su banderillero, que estaba con el muchacho, y sobre todo aquel despuntar de la infantil intuición taurina del mocito que asombraba a propios y extraños. De manera que, después de entrenarse en tentaderos, encerronas y ensayos de todo color, decide estrenarse de torero fetén, con vestido de luces y todo el día 19 de abril de 1908 en la plaza de Jerez, cuna de la señá Gabriela, por cierto que, como era tan poquita cosa -doce añitos para trece-, en la faena de muleta tuvo que utilizar un palito en lugar de la espada, hasta la hora de la verdad. Ese mismo año forma con Limeño la cuadrilla de niños sevillanos que tan famosa se hiciera, y a su frente viene a Madrid a hacer su presentación el día 13 de junio de 1912, que fué más que sonada, porque el niño -diecisiete años- se negó a torear los seis novillos que estaban preparados y pidió una corrida de toros de Olea destinada para una extraordinaria. Con ella hizo su presentación ante los aficionados cortesanos y con ella triunfó en toda regla. En seguida, naturalmente, la alternativa, que le otorga su hermano Rafael en la Real Maestranza sevillana el 28 de septiembre.