LOS 15 GRANDES ACONTECIMIENTOS DE LA TEMPORADA TAURINA 2019

Foto: Andrew Moore

Por Andrés Amorós. 

Ha sido esta una temporada apasionante, que pasará a la historia, con sus luces y sus sombras: grandes triunfos; revelaciones de nuevos diestros; graves percances; importantes resultados artísticos y de público, en las principales Ferias; incorporación de muchos espectadores jóvenes… Sobreponiéndose a su cornada en el ojo, Paco Ureña ha sido el indiscutible triunfador. Han vuelto los toros a Palma pero sigue cerrada la Plaza de Barcelona. A pesar de todos los ataques que recibe, por razones políticas o por un mal entendido animalismo, no cabe duda de que la Fiesta está muy viva.

Roca Rey (Valencia, 15 de marzo)

El diestro peruano inicia su temporada como la acabó: arrasa, en la Feria de Fallas, al cortar tres orejas a los toros de Victoriano del Río. Titula ABC: «Un huracán llamado Roca Rey». Pocos días después, recibe, con Padilla, el premio Taurino de ABC.

El Juli (Sevilla, 2 de mayo)

Con su ganadería preferida, Garcigrande, corta tres orejas y sale por quinta vez por la Puerta del Príncipe -tuvo otra más, pero no pudo salir a hombros al resultar herido-. (También se da la vuelta al ruedo al toro de su triunfo). Es el comienzo de una temporada en la que mantiene su condición de primera figura.

Pablo Aguado (Sevilla, 10 de mayo)

Una de las bombas de la temporada. Titula ABC: «Pablo Aguado corta cuatro orejas, abre la Puerta del Príncipe y se consagra como figura». Con toros de Jandilla, ilusiona, por su sencilla naturalidad. Hacía tiempo que no se veía torear así.

Roca Rey (Madrid, 22 de mayo)

En un ambiente de expectación, el peruano, herido en su primero, hace una importante faena y corta las orejas al último, de Parladé. Ha sido la confirmación de una gran figura. Ocho días después, superará la prueba de lidiar, por primera vez, toros de Adolfo Martín. (Ese percance acabará causando que no pueda torear desde San Fermín).

David de Miranda (Madrid, 24 de mayo)

Una de las revelaciones del año: en su confirmación de alternativa, el diestro onubense, hasta ahora muy poco conocido, que superó un duro percance, aprovecha un gran toro de Juan Pedro con una valerosa faena y abre la Puerta Grande.

Antonio Ferrera (Madrid, 1 de junio)

En una Feria de grandes triunfos, el diestro extremeño realiza el toreo más original e inspirado: abre la Puerta Grande con tres orejas, después de dos faenas de singular personalidad, en una tarde de plenitud. Titula ABC: «Un caudal de torería».

Paco Ureña (Madrid, 15 de junio)

Con toros de Victoriano del Río, cumple al fin su sueño de abrir esa Puerta Grande, demostrando que no le ha afectado la pérdida de un ojo. El público madrileño lo «adopta» totalmente. Titula ABC: «En la tarde de Roca, Ureña ha sido el rey».

José Tomás (Granada, 22 de junio)

En su única actuación, en un cartel singular, alternando con un rejoneador, el diestro de Galapagar suscita una enorme expectación: mata cuatro toros, corta seis orejas y rabo, abre la Puerta Grande. Sigue siendo un fenómeno único.

Cayetano (Pamplona, 12 de julio)

Sustituye al lesionado Roca Rey y logra el triunfo más rotundo de su carrera: corta cuatro orejas a una nobilísima corrida de Núñez del Cuvillo (titula ABC: «Saborea a un gran “Aguaclara”») y sale lanzado para las Ferias del verano.

Enrique Ponce (El Puerto, 10 de agosto)

Había sufrido una gravísima lesión en su rodillaen Fallas, el 18 de marzo: la «tríada» que temen los deportistas. En un tiempo récord, logra volver a los ruedos con un éxito rotundo, indultando a «Fantasía», de Juan Pedro, y saliendo en hombros.

Paco Ureña (Bilbao, 23 de agosto)

Culmina su temporada de repetidos triunfos con una de las actuaciones más rotundas de todo el año, con toros de Jandilla. Titula ABC: «Paco Ureña, en la cumbre». En una tarde histórica, corta cuatro orejas y se consagra como primera figura.

Emilio de Justo (Dax, 7 de septiembre)

La gran revelación del año anterior culmina una temporada de mérito, con varios percances, al cortar cuatro orejas y salir a hombros tras haber matado, como único espada, seis difíciles victorinos. Titula ABC: «Emilio de Justo supera un duro examen».

Miguel Ángel Perera (Madrid, 29 de septiembre)

Aunque la espada le impida cortar los seguros trofeos, alcanza su nivel máximo en una tarde polémica. Titula ABC: «Soberbia lección de Perera y Cuvillo». Pincha una gran faena a «Portugués» un toro superior que el tendido 7 quiso devolver.

Antonio Ferrera (Madrid, 5 de octubre)

En la Feria de Otoño, remata felizmente su temporada: una actuación plena de madurez, originalidad, variedad y torería. Titula ABC: «Triunfa en su desafío». En su actuación en solitario, Antonio Ferrera corta dos orejas y sale por la Puerta Grande.

El Cid (Zaragoza, 12 de octubre)

Después de haber recibido, en su despedida, el cariño de los públicos de Sevilla y Madrid, El Cid dice adiós a los ruedos españoles cortando las orejas a un buen toro de García Jiménez y recibiendo el homenaje que su gran trayectoria taurina merece.

Feria de Abril: con toros de Victorino es otra Fiesta

Emilio de Justo, en un templado derechazo al tercer toro de Victorino. Foto: ABC

Por Andrés Amorós. Artículo publicado en el diario ABC.

Vuelven a Sevilla los toros de Victorino. Con relación a lo que hemos visto, los días anteriores, es otra exigencia, otra dificultad, otro rigor. Otro mundo, dentro de los muchos que tiene la Tauromaquia. Los seis, cárdenos, encastados, exigentes, de desigual comportamiento, desde el gran cuarto hasta el segundo, la clásica alimaña. Los tres diestros aprueban con nota el difícil examen, se pierden trofeos, por la espada. Ferrera corta una oreja a su segundo, aunque su primera faena fue más redonda. Escribano “traga ricino” – como decían los antiguos – en el segundo Emilio de Justo, que se presenta en la Plaza, emociona en una gran faena al tercero pro pincha. He echado de menos las vueltas al ruedo que, ahora, casi no existen: un absurdo.

Antonio Ferrera es uno de los casos más notables de evolución estilística, para bien: de un diestro atlético y vistoso, ha pasado a ser un lidiador clásico. Últimamente, ha desarrollado un curioso estilo personal, barroco, en el que acompaña con todo el cuerpo (y el espíritu) lances y muletazos. En Sevilla, ha protagonizado ya tardes inolvidables. Al prmiero, ovacionado de salida, lo recibe con una lidia a la antigua, enseñándole a embestir. Antonio Prieto provoca bien la embestida; en banderillas, aguantan con valor Valdeoro y Fernando Sánchez. El toro es pegajoso, se acuerda de lo que deja atrás. Ferrera le da la lidia adecuada, de sabor clásico, con mucho mérito y con valor: aquí, eso se sabe apreciar. Pincha antes de agarrar la estocada y pierde el trofeo que había merecido. Ha debido dar la vuelta el ruedo: hace años, se la hubieran pedido. El encastado toro se resiste a morir, en una bella estampa, muy aplaudida. También lidia bien al cuarto. Fernando Sánchez clava un gran par y Montoliú le hace el quite, tirándole las banderillas: una estampa añeja. Brinda a la Infanta Elena. El toro embiste como una locomotora. Ferrera se dobla bien, lo va metiendo en la muleta, en una porfía vibrante, algo desigual, al son de la música. Al final, cuando el toro ya no tiene tanto gas, los naturales surgen más limpios: logra la estocada desprendida y corta la oreja de un toro de verdad importante. Toda la tarde, además, ha estado pendiente de la lidia.

El bravo Manuel Escribano conoce bien la dureza y el triunfo con estos toros. A portagayola, como suele hacer, recibe al segundo, que sale enterándose y hace por él, como un rayo. Enlaza templadas verónicas. Quiebra trasero, en el centro, el primer par y el tercero, al violín, en tablas. Brinda a Curro Romero. El toro saca guasa. Escribano, valiente, con oficio, le arranca algunos naturales hasta que el toro lo entrampilla y se libra por pelos de la cornada; un par de veces más, demuestra que es una alimaña. El público pide que lo mate, lo que hace a la segunda, mientras suena un aviso. Le ha hecho pasar un mal rato. Vuelve a irse a portagayola en el quinto, que tarda una eternidad en salir: ¡vaya trago! El toro se come los capotes pero flaquea un poco. Provoca bien la arrancada el picador Juan Francisco Peña. Vuelve Escribano a poner banderillas, con dificultades. Después de brindar a la Infanta, logra muletazos correctos pero de escaso eco: el toro tiene menos dificultades pero también transmite menos emoción. Esta vez logra una buena estocada.

El extremeño Emilio de Justo ha sido una de las grandes revelaciones de la pasada temporada, después de años de lucha. Afronta este año en mejor posición. Ha comenzado triunfando y siendo herido por un Victorino, en Vista Alegre. El cuarto embiste con fiereza. Después de brindar a la Infanta , de Justo se la juega sin trampa ni cartón; asusta al público pero sabe bien lo que hace: provoca la embestida y, luego, traza muletazos emocionantes. Sentencia mi cortés vecino: “Por ahora, los muletazos de más mérito de la Feria. El toro está pendiente hasta de lo que hace el Atlético de Bilbao…”. El toro echa la cara arriba y pincha dos veces, antes de la estocada. Ha perdido un trofeo (o dos). Debió dar la vuelta al ruedo. Al último, que pesa casi 600 kilos, lo recibe con suaves verónicas, rodilla en tierra, rematadas con dos grandes medias. Tardea el toro, en varas. Y flaquea, dice poco, pero lo alegra con la voz y lo va metiendo en la muleta. La faena va a más: a fuerza de insistir, logra naturales suaves , hasta que el toro se acobarda. Esta vez sí logra la estocada pero tarda en caer y no hay trofeo. No importa: ha tenido un excelente debut.

Aunque la corrida ha sido larga (dos horas y tres cuartos) y no ha habido gran triunfo, hemos vivido una tarde de toros de mucho interés y emoción. Un detalle: se ha atendido a la forma de desarrollar la suerte de varas y se ha aplaudido a varios picadores. (Lo contrario de lo que vemos casi todas las tardes, cuando se reduce al mínimo). Ésta es la Fiesta auténtica, con el toro auténtico y con diestros que, con mayor o menor acierto, saben lo que hacen y se entregan. La que cantó Federico García Lorca: “Y el toro solo, corazón arriba”.

Andrés Amorós, socio de la Peña Taurina “Los de José y Juan”, es doctor en Filología Románica y catedrático de Literatura Española en la Universidad Complutense de Madrid.  Ha publicado obras relevantes sobre la tauromaquia y actualmente ejerce la crítica taurina en el diario ABC de Madrid. Entre sus galardones destacan el Premio Nacional de Ensayo, el Premio Nacional de la Crítica Literaria, el Premio Fastenrath de la Real Academia Española y el Premio José María de Cossío.