El Senado acogió la mañana del pasado jueves 11 de abril el acto de entrega de los XII Premios Taurinos otorgados por laAsociación Taurina Parlamentaria (ATP).
El acto, celebrado en el Salón de Pasos Perdidos de la Cámara Alta, reconoce a aquellas trayectorias destacadas en todos los ámbitos relacionados con la Tauromaquia y su defensa, y fue presidido por el Presidente del Senado, Pío García Escudero, socio también de esta histórica peña.
En esta edición, la ATP ha reconocido el trabajo de François Zumbiehl por su apoyo intelectual a la fiesta, un galardón que ha recibido de la mano de Juan Manuel Albendea, ex-presidente de la Comisión de Cultura del Congreso de los Diputados que aprobó la Ley de Defensa de la Tauromaquia y, también, socio de Los de José y Juan.
A continuación, os dejamos sus palabras de agradecimiento al recoger el premio y, una vez más, nuestra más sincera y cariñosa enhorabuena.
«Quisiera intentar una faena como Dios manda para agradecer este premio al jurado de la Asociación Taurina Parlamentaria, expresar todo lo que significa para mí, pero la brevedad obligada sólo me permite una faena de aliño.
A la Fiesta de los toros debo gran parte de lo que soy. Desde mi niñez. Desde esta primera corrida en Bayona, llevado de la mano de mi madre venezolana, una corrida más deslumbrante que los cuentos de hadas, en la que se desató mi emoción viendo a unos héroes vestidos de luces triunfar de una fiera amenazante, y que parecían sin embargo hipnotizar e incluso entenderse con ella. Más tarde aprendí a saborear la belleza de este arte, una belleza que procura retrasar su ineludible muerte en la arena con todos los recursos del temple, que es la mejor manera de burlar el tiempo que acaba con todo, toreándolo. Debo confesar también que mi afición fue bautizada en el culto a Manolete del que tanto me hablaron, con su figura propia de un Greco, la solemnidad de su quietud inquebrantable y las últimas gotas de su sangre derramadas en las sábanas del hospital de Linares.
Hablar, por cierto, es transmitir el amorpor la Fiesta. Cada uno de nosotros lleva el tesoro íntimo de su afición, que son sus recuerdos. Pero necesitamos sacarlos a la luz de las conversaciones y compartirlos para asegurarnos de que lo que hemos vivido en la plaza fue una realidad y no simplemente un sueño. Nunca agradeceré lo suficiente este tesoro de conversaciones que me regalaron muchos maestros – entre otros el gran Pepe Luis, Andrés Vázquez premiado hoy también– y tantos amigos aquí presentes y ausentes. Ángel Luis Bienvenida me lo dijo una vez : la torería son las conversaciones, y a nosotros que no tenemos la capacidad de actuar y sólo de comentar, nos dejan la ilusión de sentirnos toreros.
Todas estas palabras inspiradas por los toros, que me dediqué a escuchar y a recoger en mis libros, constituyen uno de los cinco pilares que cualifican la tauromaquia como un patrimonio cultural inmaterial según la convención de la UNESCO sobre este concepto. Lo deberían reconocer todas las autoridades políticas de los ocho países taurinos. Gracias a Dios ya está reconocido este patrimonio en España por la ley de 2013 para la cual el que acaba de entregarme el premio, Juan Manuel Albendea, tuvo un papel determinante como presidente de la comisión de cultura en el Congreso de los diputados. Lo ha sido también en Francia por el trabajo que hemos llevado a cabo en el Observatorio Nacional de las Culturas Taurinas. A este respecto quiero terminar con esta escena: hace dos años en la plaza de Arles, anfiteatro romano, unos antitaurinos holandeses se lanzaron al ruedo, a la muerte del toro por supuesto, para manifestar su hostilidad. Pronto todo el público se levantó para entonar la Marsellesa, significando con su acento francés que la Fiesta de los toros es del pueblo, que no pertenece a ningún partido o ideología, y que la libertad de cultivarla debe ser garantizada para todo el que se identifica con ella. Yo que soy de raíces o encastes muy diversos no pararé de sentirme fascinado por una Fiesta tan española, tan reveladora de su cultura y de sus valores, pero por otra parte tan bañada en el trasfondo de la civilización mediterránea, con su figura del toreo mítica y milenaria cuyo nombre fue Teseo, y al fin y al cabo tan universal por ser tan tremendamente humana».
François Zumbiehl, socio de la Peña Taurina “Los de José y Juan” es catedrático de Letras clásicas y doctor en Antropología Cultural. Vicepresidente del Observatoire National des Cultures Taurines ha sido parte fundamental en la aprobación por el Senado francés de la Tauromaquia como Bien Cultural Inmaterial de Francia. Tiene publicados en español los siguientes libros: Mañana toreo en Linares, El discurso de la corrida, La voz del toreo y El torero y su sombra.