Artículo escrito por Juan Salazar.
Estos días leo sobre las disposiciones del progresivo desconfinamiento y me quedo muy sorprendido.
Según puedo comprobar en el Anexo II del documento “Previsión orientativa para el levantamiento de las limitaciones” de fecha 28 de abril, presentado por el Ministerio de Sanidad, en el apartado referido a Actividades Culturales y de Ocio, es en la Fase III, cuando, previsiblemente a partir del 8 de junio, se puedan celebrar festejos taurinos con la limitación de aforo que garantice una persona por cada 9 metros cuadrados.
Mi primera reflexión fue doble; por un lado pensé que la distancia resultaba muy amplia. Tres metros de largo por tres de ancho es un espacio notable que no se si haría viable la celebración de festejos; los cosos quedarían vacíos. Efectivamente un par de días después compruebo en declaraciones a los medios, que con esas restricciones el aforo de la Plaza de Las Ventas se vería reducido al 8%, es decir, algo menos de los espectadores que caben en un tendido.
Por otro lado, mi segunda reflexión estaba vinculada con la salud y las medidas preventivas en el sentido de que si se requieren nueve metros como si se precisan más o si hay que retrasar esa vuelta a la normalidad; hagamos caso a los expertos y ¡hágase cuanto corresponda para prevenir!
No obstante, mi sorpresa fue mayúscula al detenerme a leer las medidas destinadas a otras actividades culturales, por ejemplo el cine y el teatro, emplazamientos cerrados y por ende que deberían contar con mayores precauciones. Como pude comprobar, ya en la Fase II, que previsiblemente se iniciaría el 25 de mayo, es decir, quince días antes de la apertura de los cosos, se podrían acceder a estas salas. ¿Cómo es posible que se pueda asistir antes a cines y teatros, ámbitos cerrados, que a los toros en plazas abiertas? No lo entiendo, pero seguro que debe haber una explicación lógica…
Sin desanimarme, y con objeto de profundizar, decidí cotejar las distancias requeridas en la Fase III dando por descontado que los lugares cerrados tendrían mayores limitaciones que los entornos abiertos; al fin y al cabo lo que se prima es la salud.
El dato de las plazas de toros estaba marcado, nueve metros cuadrados; mi duda era sobre el espacio previsto a guardar en los cines y teatros, que entiendo debería ser superior… Para confirmarlo tomé como referencia tres de los escenarios de mayor aforo de Madrid: la sala 1 del Cine Callao, la sala 25 del espacio Kinépolis y la sala principal del Cine Capitol.
Consultando en las páginas web los datos sobre el número total de butacas y las que hay en platea, con las superficies, encuentro lo siguiente:
Según unos sencillos cálculos vemos que los metros cuadrados por butaca serían de 1,58m2, 1,21m2 y 0,76m2. Si en la Fase III se permite un capacidad equivalente a la mitad del aforo máximo, los espacios se duplicarían por lo que hablaríamos de 3,16m2, 2,41m2 y 1,52m2 por espectador.
Es decir, tal y como esta anunciado, y si no hay cambios, en la Fase III del desconfinamiento, en determinadas salas de cine y teatros habrá un amplitud de 2 y 3 metros cuadrados por espectador, mientras que en lugar abierto como una plaza de toros, se exigirán 9.
Creo que debemos potenciar al máximo la cultura en todos sus ámbitos, cine, teatro, danza, música, y tauromaquia, pero, en este caso, o estamos penalizando a los empresarios y aficionados a los toros, por razones no difíciles de imaginar, o estaremos poniendo en riesgo la salud de los concurrentes al cine y teatro.
Juan Salazar es madrileño, licenciado en Farmacia y MBA por el Instituto de Empresa. Abonado a la Plaza de Las Ventas, es miembro de la Unión de Bibliófilos Taurinos, colaborador en la sección taurina de Radio Ya y autor del libro de recuerdos taurinos “Remembranzas Imaginarias; Madrid Museo Taurino Abierto”.