Artículo escrito por Juan Salazar socio de la Peña Taurina “Los de José y Juan”. Juan es madrileño, licenciado en Farmacia y MBA por el Instituto de Empresa. Abonado a la Plaza de Las Ventas, es miembro de la Unión de Bibliófilos Taurinos, colaborador en la sección taurina de Radio Ya y autor del libro de recuerdos taurinos “Remembranzas Imaginarias; Madrid Museo Taurino Abierto”.
Mi buen amigo Eduardo no entiende que me guste visitar plazas de toros. ¡Pero si todas son iguales, redondas, con arena y más o menos parecidas!, es lo que me dice.
Mi querido amigo sabe mucho de fútbol, pero se pierde las maravillas de la Tauromaquia y las plazas de toros es una de ellas. Cualquier buen aficionado antes de acceder a la plaza para ver el festejo ya está disfrutando.
Sin entrar a comentar el aspecto externo de los cosos, que daría para mucho, simplemente hablando del ruedo, “a vista de pájaro”, nos encontramos con verdaderas sorpresas.
Hay ruedos ovoides y no hace falta rebuscar entre cosos abandonados. En Sevilla, la Real Maestranza desde las alturas se percibe con claridad que dista de ser redonda.
También tenemos otras plazas como la onubense de Zufre o la cercana pacense de Azuaga con formas similares.
Otros ruedos son redondeados, pero cabría definirlos como “ovoides irregulares”. Entre ellos podríamos citar la plaza aneja al Santuario de Nuestra Señora de las Nieves sita en Almagro, una de tantas plazas ubicadas próximas a ermitas o lugares religiosos, o la original de Corteconcepción con sus encalados e inmaculados tendidos.
Otras tienen forma “de pera”, quizás desde el suelo no lo percibamos, pero a vista de pájaro salta a la vista. Las plazas de Deza, con sus graderíos excavados en la piedra o la de Alaraz, aneja a la ermita del Santísimo Cristo del Monte, son ejemplo de ello.
Otras, como las de Albaladejo, conocida localmente como “el corral de las vacas”, la de Cumbres Mayores, al pie del castillo de Sancho IV “El Bravo”, o la de San Martín del Castañar, ubicada en una joya de entorno que es un conjunto histórico artístico, sorprenden al visitante por su formas oblongas, alargadas, muy alejadas de lo que imaginamos como plaza de toros redonda.
Pero si hablamos de formas curiosas, las plazas de toros cuadradas han constituido siempre una originalidad; en más de una ocasión he escuchado a alguna persona comentar que conoce tal o cual plaza de toros que “es la única cuadrada”. Bueno, aquí van varios ejemplos de plazas cuadrilongas: Las Virtudes, Puebla de Sancho Perez, Rasines, Segura de la Sierra, La Parra o Valdecarros.
Más original resulta la plaza de toros de Almadén, una verdadera joya restaurada que se ha rehabilitado como hotel y en el que las habitaciones dan al particular coso hexagonal.
La de Mijas, además de ser una plaza destinada a un público turístico, tiene forma de barco, conformando los tendidos la proa y la popa de la nave.
Hasta aquí las plazas con ruedos irregulares, pero hay otro conjunto de plazas, en las que se dieron festejos en su momento, que en la actualidad han dejado de hacerlo al estar enclavadas en pleno núcleo urbano de la población. De cualquier forma son plazas muy originales y que merece la pena visitar, como la hexagonal de La Carolina o las ochavadas de Aguilar de la Frontera, Archidona o los antiguos cosos de Tarazona o de Valladolid.
Dentro de este grupo podríamos citar la aragonesa de Chodes, que tiene forma poligonal.
Espero, con todo esto, que mi querido y apreciado amigo no vuelva a decirme eso de que “todas las plazas tienen forma redondeada y vista una, vistas todas”.
Por favor, si conocemos de que muchas plazas de toros son cuadradas, exagonales, ovaladas. La pregunta es desde cuando son redondas, porque y quien las impuso. Gracias.