Si anteayer pedía SOCORRO por lo que llevábamos soportando en esta feria, hoy tengo que decir que la Divina Providencia ha venido en nuestro auxilio, y ayer vivimos una jornada estupenda. De los novillos de Guadaira salieron cuatro potables, dos de ellos estupendos, aunque un pelín flojos, pero ello no fue obstáculo para poder, por fin, un TORERO, (novillero pero torero a fin de cuentas).
Bien por Gómez del Pilar. El recuerdo que nos queda de su actuación fue magnífico, primero por su forma de torear, su torería y su disposición, y segundo, por la forma en que enfrentó su compromiso, que es estar como un novillero que viene Madrid a por todas. Hacía mucho tiempo que no veíamos un novillero tan dispuesto, tan artista, tan variado y tan ansioso de triunfo. Solo falló con la espada (con lo que debe mejorar pues no se puede dejar ir un triunfo así). Su principal defecto con la espada fue no cruzarse con el toro a la hora de perfilarse, pero creo que tiene arreglo, si quiere no volver a perder la oportunidad de puerta grande.
¡Así se viene a Madrid!, con ansias de triunfo y sin conformismo, como estamos acostumbrados a ver. Variado con la capa, llevando al novillo al caballo galleando por chicuelinas, fastuoso con la muleta, con farol con la izquierda (me acordé de El Viti) ligado con uno de pecho larguísimo.
La plaza entera le hubiera dado una oreja del primero y las dos del segundo si no lo hubiera malogrado con la espada.
Por cierto, un “recadito” para el señor Del Moral. El otro día llamó “imbéciles” a los que protestan cuando el torero cita con la muleta en “V”,. embarca con el pico, no se cruza nunca y la pierna de apoyo la retrasa en los pases, pues yo me encuentro entre esos que protestan estas cosas. Bueno, pues habrá podido comprobar que cuando un torero se entrega, se muestra dispuesto y torea bien toda la plaza se pone de acuerdo para ovacionarlo. ¿Estamos?.
Ramón Ramiro.