La muleta también tiene panza, no sólo pico. Valga de recordatorio. Se suele llamar panza de la muleta a la tela de forma vagamente rectangular que cuelga del estaquillador y el pico la zona sensiblemente triangular uno de cuyos vértices cuelga del extremo de dicho estaquillador.
Como es bien sabido el pico se utiliza para citar al toro más lejos del cuerpo del torero y es una suerte de recurso como tantas que hay en los toros. El uso mayoritario actual entre la torería andante es para marcar a la embestida del toro una circunferencia de radio más amplio que si se lo pasaran cerca del cuerpo y, según los recuerdos básicos de geometría cuanto mayor es el radio de una circunferencia más tiende dicha circunferencia a acercarse a una línea recta. Si a esto añadimos la pierna retrasada del torero el viaje del toro es sensiblemente recto y esa línea sensiblemente recta se marca a considerable distancia del cuerpo del torero. Todo lo cual hace que lo de torear no tenga ni pizca de emoción y sólo queda el interés de saber cuando se cansará el toro de embestir a lo tonto. La verdad es que este interés es escaso, casi asimilable al que nos produce ver una reproducción de la torre Eiffel construida con palillos mondadientes, ante la que sólo cabe expresar un asombro contenido.
Si este escamoteo de la panza de la muleta se hubiera llevado a cabo un día de toros fieros, no digo yo que no se le pueda encontrar justificación, pero delante de los nobles victorianosdelrio que si movían la cabeza de la recta embestida era como haciendo valer sus ancestros para que les respetaran un poco, la cosa carecía de justificación.
La emoción de la belleza sólo apareció en la tremenda estocada de Castella al toro que previamente le propinó un tremendo porrazo. La estocada de la feria, que si quizá estuvo propiciada por una descarga de adrenalina, fue perfecta de exposición, ejecución y velocidad. Un monumento en el que la belleza estuvo unida al riesgo. Lo que nunca ocurre toreando con el pico.
Andrés de Miguel
17 de mayo de 2012